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Kung Fu

El término kung-fu3​ (literalmente: 功 gōng ‘mérito’ y 夫 fu ‘maestro’)4​ es ‘habilidad’ o ‘maestría’. Es un coloquialismo chino para designar la habilidad adquirida con tiempo, constancia, disciplina y esfuerzo, por lo que en el idioma chino se utiliza para resaltar la destreza o acción impecable de un individuo en el desempeño de un arte o actividad.5

También es el término con el que se popularizaron las artes marciales chinas en occidente.

De igual modo, en occidente a las artes marciales chinas también se les dio el nombre de boxeo chino durante el Levantamiento de los bóxers (boxer, ‘boxeador’ en inglés).

Otros términos utilizados actualmente para referirse a las artes marciales chinas son wushu (武術 wǔshù ‘arte marcial’)4​ y kuoshu (國術 guóshù ‘arte nacional’) en Taiwán.

Cuando en occidente no era conocido el término kung-fu, a menudo se utilizaba el término de karate chino, debido a que Japón se abrió comercialmente a occidente antes que China y sus artes (entre ellas el karate) se popularizaron antes; sin embargo, sus similitudes se deben a que la mayoría de las artes marciales fueron influenciadas por las artes marciales chinas.6​ Aunque, más bien que denominarle así, es más bien el contrario, dado que el karate japonés es una derivación del kung-fu y no al revés.

El término kung-fu (o kuoshu) se utiliza para referirse al arte marcial chino tradicional en sus diferentes estilos. Por otra parte, tras la revolución cultural china, también se hizo popular el término wushu que adoptó el Gobierno chino para denominar a la nueva versión deportiva del kung-fu (moderno). Como deporte de alto rendimiento con proyección olímpica, estaba más orientado a la demostración gimnástica que a la aplicación marcial. Sus formas o rutinas (taolu) son una simplificación y adaptación de las diferentes formas del kung-fu tradicional, pero con movimientos más vistosos y, a menudo, acrobáticos.

Posteriormente (1982), en el deporte del wushu, también se creó la modalidad de combate sanda.

En China existe constancia de tratados antiguos de lucha y táctica militar desde hace miles de años; quizás el más conocido sea El arte de la guerra (孙子兵法 – Sun Tzu 孙子) del s. VI a. C. Por otra parte, la filosofía en China (confucianismo, taoísmo y budismo) también se conocía incluso antes de la construcción del templo Shaolin (495 d. C.), así como la práctica del Qigong (Chi-kung).

Monasterio de Shaolin

Se considera que el origen de las artes marciales chinas (como tal) no emana de la lucha sino de la filosofía, es decir, de sus principios filosóficos. Por ello, se datan los orígenes del kung-fu en el año 527, cuando, según cuenta la leyenda, un monje budista procedente de la India llamado Bodhidharma (Damo “Tamo” en chino) llegó al monasterio de Shaolin (Henan, norte de China). Damo consideraba que era beneficioso para sus prácticas espirituales que los monjes tuvieran cuerpos sanos y buena salud; por ello les enseñó una serie de ejercicios, para ayudarles en sus meditaciones, que dieron origen a los “18 LuoHan” (“18 ancestros LouHan” o 18 manos de LouHan, según la fuente) que consistía en 18 ejercicios que derivaron en habilidades de lucha. A partir de éstos fueron creados 24 nuevos movimientos y así sucesivamente se comenzaron a crear los primeros estilos (罗汉拳Luohan Quan…). Sin embargo, muy probablemente en el Monasterio de Shaolin no fuesen totalmente desconocedores de algunas habilidades de lucha antes de la llegada de Damo.